jueves, 23 de septiembre de 2010

La Botella está completamente vacía

Hace unos días nos sorprendió "la mujer de"... Aznar, Ana Botella, que ocupa el cargo de delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, con unas declaraciones espeluznantes. Precisamente ocupa ese cargo de irresponsabilidad por ser "la mujer de...", aunque ella no es una "mujer florero", porque ninguna "mujer florero" tendría la capacidad suficiente para contener en su interior al mayor capullo de España, sino una "mujer botella" (en la imagen la podemos ver junto a su marido).
Esta mala imitación patria de Hillary Clinton se despachó a gusto diciendo que la suciedad de las calles de Madrid era debida a los mendigos, esa gentuza borracha y vaga que prefiere estar tirada todo el día como una colilla en la calle en vez de vivir en La Moraleja (bueno, esta última frase no la dijo ella, aunque eso no quiere decir que no la pensara). Por si fuera poco, los indigentes no se conforman con ensuciar la capital con su presencia, sino que además prefieren beberse un tetrabrick de Don Simón antes que un buen vino de Rioja, de ésos que bebe su marido antes de conducir, porque a ver quién le va a decir a él si puede o no puede beber antes de coger el coche.
Lo de esta familia no tiene nombre y es de juzgado de guardia, de hecho el vídeo de la boda de su hija sirve para contemplar el desfile de imputados en el caso Gürtel.
No sé qué tiene el cargo de responsable de Medio Ambiente que suele estar ocupado por lo mejor de cada familia (recordemos al Honorable Jaume Matas ocupando nada menos que el Ministerio de Medio ambiente después de arrasar las costas de las Baleares). Si se me permite hacerle una sugerencia, ya que la señora Botella es responsable de Medio Ambiente en Madrid, sería conveniente que instalara, junto a los contenedores azules de papel, los amarillos de envases y los verdes para meterse ella misma y la gente de su familia que comparte linaje, un nuevo contenedor, en este caso para los indigentes, así, en vez de ensuciar las calles con su presencia, podrían acceder a una V.P.O. en forma de contenedor, mataríamos de este modo dos pájaros de un tiro. Si además el indigente es "moro, negro o sudaca" podríamos embarcar directamente ese contenedor en un carguero destino a su país, de donde nunca debieron haber salido (antes de que el responsable de inmigración del PP tome buena nota de mi propuesta para incluirla en el programa electoral de su partido de cara a las próximas elecciones, que sepa que lo que escribo es en tono crítico e irónico, aunque este tema no tiene ni pizca de gracia).
Por si fuera poco, cuando hace frío, estos borrachos duermen en los cajeros automáticos, lo que acarrea el gran inconveniente de que a veces hay que saltarlos para poder sacar dinero, una vergüenza, desde luego. Incluso hay algunos de ellos que se atreven a mear o a ir de vientre en la calle, en vez de hacerlo en su casa, aunque quizá la explicación sea que no tienen casa.
Gracias a dios, la concejala etílica por excelencia recibió una educación católica, apostólica y romana, de las de peineta en bodorrios, así que ella es de las que aplica la caridad cristiana en el ejercicio de su cargo (¿alguien necesita alguna prueba más evidente de la necesidad de eliminar la educación religiosa de los colegios y avanzar en la educación para la ciudadanía?).
En este caso, la discusión de si la Botella está medio llena o medio vacía es una discusión banal, ya que está claro que la Botella está totalmente vacía por dentro, no sé si porque se la ha bebido su marido antes de conducir o porque siempre ha sido así.
Espero que la familia Aznar-Botella, tanto monta monta tanto, nunca se vea en la situación en la que se encuentran estos indigentes y que no tengan que sufrir las vejaciones y humillaciones de alguien que les trate como usted, como un Rolling Stone. Acabaremos esta escueta entrada, como no podía ser de otro modo, con "Like a Rolling Stone" de Dylan, aunque en esta versión de los Rolling Stones.



domingo, 19 de septiembre de 2010

Adiós Labordeta, que descanse en guerra

Hoy ha fallecido, desgraciadamente, José Antonio Labordeta, una persona que como diputado fue de los pocos que entendieron en qué consistía eso de ser la representación de los ciudadanos en el Congreso y que defendió con vehemencia los intereses de Aragón y de los aragoneses, no los suyos propios o los de su partido, como hacen la práctica totalidad del resto de diputados que quedan actualmente.

Cuando retransmitían el debate del estado sobre la nación sus intervenciones siempre hacían que despertaras de la siesta porque era de los que hablaban claro y decía las cosas por su nombre. Al representar sólo a una minoría en el Congreso, la derechona parlamentaria muchas veces se burlaba de él, como hacen a menudo con los más débiles siempre que no estén ocupados lamiéndole el culo a los más poderosos, pero Labordeta se defendía como gato panza arriba porque el PP no se estaba burlando sólo de él, sino de todos los aragoneses a los que representaba en el congreso, además de despreciar al resto de grupos minoritarios y a la democracia.






Tuve la ocasión de verlo una vez que fui a Madrid para asistir a un concierto de Paul McCartney en mayo del 2004, coincidiendo con la Feria del Libro de la capital se encontraba sentado en una caseta firmando libros y discos. El hecho de ver a un diputado sin coche oficial, sin escolta y vestido como un ciudadano de la calle es chocante hoy en día, así que le hice una foto mientras le firmaba el libro "Los amigos contados" a mi padre, con la dedicatoria "A José Arturo, con la esperanza de que las gentes que hay aquí dentro le interesen. Un abrazo". (si encuentro la foto ya la subiré al blog).
Parafraseando al título de su libro, el señor José Antonio Labordeta era, sin duda, uno de los diputados contados que merecen dicho calificativo.

Además de por sus intervenciones parlamentarias, como digo, de las pocas que valía la pena escuchar, porque los demás simplemente representan un paripé constante consistente en "di lo que quieras, que yo voy a contestar lo que ya llevo escrito de antemano", también será recordado por el programa de televisión "Un país en la mochila", en el que viajaba descubriéndonos lugares desconocidos a lo largo y ancho de la geografía española, hablando con los lugareños, y no haciendo el gilipollas como se ha puesto de moda últimamente con los programas del tipo un "x por el mundo". Cada uno que despeje "x" con el gentilicio de su cadena autonómica de televisión y descubrirá a qué programas me refiero. Labordeta mostraba en ese programa la riqueza de la diversidad cultural que nos une y que nos hace diferentes al mismo tiempo, y no confrontaba a las diversas regiones utilizando como arma sus diferentes lenguas, costumbres o tradiciones como hace la derecha española del pensamiento único.

Bueno, quiero que sirva de cierre a este breve homenaje esta canción cantada por este otro aragonés errante, Labordeta. Espero que descanse en paz, o mejor, que siga dando guerra allí donde se encuentre.




jueves, 16 de septiembre de 2010

Aparición "mariana" en Melilla


Hoy me he levantado sobresaltado al leer la noticia acerca de la visita de Mariano Rajoy a Melilla. Al principio, con las legañas aún presentes, creía que había cogido por error un periódico de hacía un par de semanas, pero cuando me he dado cuenta de que era de hoy he derramado el zumo y sólo me ha venido una frase a la cabeza: “Éramos pocos y parió la abuela”.
Esta sorpresiva aparición “mariana” supongo que será investigada adecuadamente por los responsables de marketing, expansión y desarrollo de la Santa Sede, ya que quizá puedan montar allí una franquicia de las matrices Lourdes o Fátima, ahora que hay crisis, que mejor sitio para enriquecerse a costa de las desgracias ajenas que las zonas más desfavorecidas o conflictivas del planeta.
Tengo que decir que Mariano Rajoy es uno de los pocos personajes del PP al que le dejaría las llaves de casa sin miedo a que me la desvalijara porque creo que en el fondo es una buena persona. El problema de Mariano es que tiene la virtud de estar siempre en el sitio inadecuado en el momento más inoportuno. Además, es gallego, y como tal, ejerce. De modo que es difícil entender su comportamiento, es un verdadero misterio saber qué hace y por qué, ya que, como se dice popularmente de los gallegos, nunca sabes si está subiendo o bajando del escaño. Según nos cuentan, el primer ser humano llegó a la luna en 1969, pero con toda seguridad allí se encontraba ya don Mariano, que sigue negándose a regresar. Rajoy es una persona que va a los San Fermines el 31 diciembre, celebra la Navidad el 1 de mayo, la Nochevieja el 25 de diciembre, quema las Fallas el 12 de octubre y llega a la fiesta justo a la hora de recoger la mesa y tirar la basura, en este caso, la basura que dejó el Sr. Aznar hace apenas dos semanas.
Por si alguien no lo recuerda, Mariano llegó a ser candidato a la Presidencia del Gobierno, podríamos decir, que siguiendo los procedimientos típicos de designación de cargos de los populares, tanto dentro del partido como cuando están en las administraciones públicas, esto es, a dedo. Pero no fue un dedo cualquiera el que le señaló, sino que fue elegido por la "la gracia de dios", el dios popular Aznar, que hay que joderse con la gracia que tiene el Charlot de Valladolid. Este sistema tan democrático, que es piedra angular de los estatutos fundacionales del principal partido de la oposición, provoca que luego se escandalicen cuando ven que en otros partidos se convocan primarias para elegir a los candidatos, algo inaudito para el partido del pensamiento único.
Existen otros métodos menos tradicionales de designación de candidatos dentro del propio PP, como es el caso de la “designación por generación espontánea” que se sigue en la Comunidad Valencia "patroneada" por Camps (lo de “patroneada” es un guiño a la Copa América, que tanta falta hacía para que los valencianos conocieran términos náuticos tan necesarios para entender la política de su Comunidad como “a la deriva”, “naufragio”, “soltar lastre” o “sálvese quien pueda”). Allí, una persona como Camps, se ha proclamado candidato a las próximas autonómicas de forma más o menos sacra, es decir, “por sus santos cojones”.
Cuando nació Mariano Rajoy y su madre le preguntó al médico si era niño o niña, éste contestó con claridad que lo que ha tenido usted, señora, es un registrador de la propiedad”, no un candidato a presidente, y así debería continuar. Por si esta euforia provocada por el baño demagógico de multitudes de esta mañana en Melilla le ha hecho perder el norte, le recuerdo brevemente que ya ha perdido, no sólo el norte, sino también dos elecciones, que no pinta nada ni en su propio partido y que el enemigo lo tiene en casa, así que yo de usted incluso dudaría ya de si lo del accidente de helicóptero fue realmente éso, un accidente. Como amigo le recomendaría que cambiara ya al asesor de imagen que le ha recomendado que fuera a Melilla porque de Melilla se “ocupó” el Sr. Aznar.
Terminaré esta breve entrada sobre Rajoy como es habitual, con un poco de música. En este caso he elegido una canción de Loquillo titulada “Hombres” en la que encontramos un par de estrofas que le vienen ni que pintadas a Rajoy, aunque si pudiera me permitiría la licencia de cambiar un par de palabras para personalizarla en la figura del ¿líder? del PP.
La primera estrofa sería sobre su visita de hoy a Melilla y quedaría algo así: “unos llegaron muy pronto, otros llegaron muy tarde, sólo Mariano llegó justo en el momento en que no había nadie” y la segunda sobre el papelón que tiene dentro de su propio el partido, un partido en el que “le critican por delante, le subastan por detrás, es la envidia del partido que le quiere aniquilar”.


sábado, 11 de septiembre de 2010

11 de septiembre nueve años después...


"Cuando una persona padece delirios se le llama locura. Cuando muchas personas padecen de un delirio, se le llama religión" -Robert M. Pirsig


Hoy se cumplen ya 9 años de los atentados del World Trade Center en Nueva York y parece que las cosas no han mejorado demasiado desde entonces. Recuerdo que me enteré de que un avión se había estrellado en Nueva York al llegar a casa después de trabajar y, mientras empezaba a comer, ya se especulaba con un posible atentado terrorista. Después de comer tuve que irme a perder el tiempo como objetor de conciencia, así que ese día, en vez de llevarme para leer el Señor de los Anillos, me llevé la radio para seguir la noticia durante toda la tarde. Las informaciones eran confusas y contradictorias, pero la colisión del segundo avión confirmó los peores presagios, efectivamente, era un atentado terrorista. El sentimiento de que algo grave estaba pasando se apoderó del planeta de forma global como nunca antes en la Historia de la Humanidad había sucedido, ya que la tragedia era narrada en directo a todo el mundo.
Parece increíble lo que el fanatismo religioso es capaz de perpetrar en nombre de dios y aún más increíble que sigamos poco más o menos igual que en el medievo, ya que hoy otro tarado iluminado, emulando a Torquemada, pretende quemar una pila de libros del Coran para caldear más el ambiente si cabe. Este pirómano es ciudadano de un país que es capaz de reelegir a Bush, así que no esperaba menos de sus guías espirituales, un país donde la Teoría de la Evolución de Darwin se explica al mismo nivel que fábulas de la Biblia como el Arca de Noé, la ballena de Jonás, etc.... Y lo que es peor, un país que está terriblemente militarizado y unos ciudadanos que tienen derecho a ir armados.
Como dice Richard Dawkins la religión no debería formar parte de la educación de los niños por los graves abusos mentales que generan en la etapa de formación de las personas. Los niños de todo el mundo son obligados a creer en cosas irracionales disfrazadas bajo el nombre de dogmas de fe. Estos abusos mentales infantiles son muchas veces difíciles de superar porque cuando eres niño te crees todo lo que te cuentan tus padres, tus profesores, las personas con autoridad como curas, policías, jueces, etc..., así que luego, cuando creces y te das cuenta de que Santa Claus se acuesta con tu madre todos los días es posible que esas mentiras estén tan arraigadas en la persona que le duren para toda la vida. Afortunadamente en España la religión va desapareciendo poco a poco del sistema educativo, pero aún queda un largo camino que recorrer.
La demencia del pirómano americano está creando una locura colectiva propiciada por la globalización, ya que la red, la televisión y en general los medios de comunicación de todo el mundo se hacen eco de las intenciones de este lunático. De modo que la locura de una persona está siendo retransmitida a nivel mundial en vez de ofrecerle ayuda psiquiátrica especializada. Si encima los libros que pretende quemar este lunático son sagrados para otro grupo de fanáticos religiosos el lío es inevitable. En una hipotética carrera de los juegos paranoicos entre un radical islámico y un católico fundamentealista es difícil discernir quién es el ganador, yo creo que sería necesaria una foto finish ampliada para ver quién es el vencedor de esta carrera de lunáticos y el empate, sin duda, sería el resultado más justo. Lo que está claro es que ha habido muchos perdedores inocentes a lo largo de la historia en todo el mundo por culpa de estas carreras de psicópatas.

Hay gente que se ofende con este tipo de comentarios blasfemos, pero en cambio no se ofenden con hechos como los que denuncia Dawkins en este vídeo:




En los países islámicos la paranoia colectiva es incluso más peligrosa si cabe, ya que los ataques suicidas son más irracionales que las bombas "inteligentes" del otro bando.
Tras el 11-S Richard Dawkins puso el dedo en la llaga diciendo que ya es hora de decir basta y de dejar de respetar las creencias irracionales de los fanáticos religiosos de cualquier religión, cuando se llegan a estos extremos lo paranoia religiosa no merece ser respetada.

Como le preguntaron a Dawkins en una conferencia, ¿qué pasa si está equivocado?:


Para acabar con esta entrada y, siguiendo con la música de acompañamiento de los post anteriores, acabaré éste con varias canciones compuestas por dos músicos y amigos que se criaron en el estado de Nueva York y a los que los atentados del 11-S les tocaron muy de cerca. Ambos compusieron canciones relacionadas con el trágico suceso.

Empezamos con Elliott Murphy que compuso Ground Zero y que interpreta, junto a su guitarrista Olivier Durand, en este vídeo:




Bruce Springsteen publicó prácticamente un disco entero con referencias a los atentados del 11-S titulado "The Rising" a raíz de los sucesos de Nueva York. La canción que dio título al disco habla de la recuperación de un país que parecía intocable hasta que vivió en sus propias carnes lo que el terrorismo, tanto religioso como de estado, es capaz de provocar. Este vídeo fue grabado en el mítico concierto del Sant Jordi de 2002 y las dos primeras frases de la canción fueron premonitorias de lo que me ocurriría tan sólo unas estrofas más tarde, mis gafas salieron disparadas y, confirmando las sospechas de Newton, no orbitaron sino que cayeron para ser pisoteadas por miles de personas, así que yo también "made my way through this darkness" durante el concierto:



Acabaremos con otros dos vídeos de canciones que hablan del vacío que provocaron los atentados de Nueva York, el primero "Empty Sky" habla del vacío que dejaron las Torres Gemelas.



Por último "You're missing" habla del vacío que dejaron, no ya los edificios en el skyline de Nueva York, sino algo mucho más importante, las personas que no volvieron a sus casas ese día por el simple hecho de estar en el lugar equivocado a la hora equivocada. Un día de hace 9 años en el que los lunáticos religiosos asombraron a todo el planeta mostrándonos de lo que son capaces de hacer en nombre de dios:




domingo, 5 de septiembre de 2010

Distinción divina a José Saramago


Esta breve entrada quiero que sea un pequeño homenaje personal a José Saramago, un escritor que en vida recibió el Premio Nobel de Literatura, pero no fue hasta su muerte que recibió el reconocimiento a un trabajo excepcional, el mayor galardón que una persona que ha dedicado su vida al conocimiento puede recibir, estoy hablando de la excomunión de la Iglesia Católica.
Ya hace años que compré varios libros de Saramago en un 3x2 de Carrefour, pero tengo que reconocer que los tenía un poco olvidados, repartidos entre la estantería de “Libros para cuando me jubile” y la estantería de “Libros para cuando me toque la lotería” sin haber tenido el tiempo suficiente para leerlos y, lo que es más grave, sin que suceda ninguna de las dos cosas.
Después de su muerte, leí en la prensa la noticia de la excomunión, así que dí prioridad absoluta a esta recomendación literaria de la Santa Sede y recuperé de una de las dos estanterías “El Evangelio según Jesucristo” (que trata sobre la vida de Jesucristo) y empecé a leerlo. Me pareció un libro excepcional escrito por una persona que se cuestiona todo lo que la Iglesia no quiere que nadie se cuestione porque son dogmas de fe, es decir, son cosas que te las tienes que tragar y aceptar sí o sí. La fe es un proceso consistente en no pensar, así que cuando una persona como Saramago piensa demasiado, se dice que ha perdido la fe, es una oveja descarriada, ya no es un borrego, y es por todo ello excomulgado, con todo merecimiento, hay que decirlo, ya que es un libro merecedor de eso y de más.
Pero no contento con ello, de perdidos al río, me compré otro libro de este depravado portugués, “Caín”. Pensé, si a Adán y Eva les condenaron por comerse una manzana y aún estamos pagando los platos rotos de ese pecado original tan atroz todos los humanos muchos milenios después, qué más da que yo me lea un libro o dos, ya la he cagado, soy culpable, porque además me gustan las manzanas, incluso me las como sin pelar. Así que tendré que buscarme un buen abogado para el día del Juicio Final porque lo tengo claro, como diría David Bravo, necesitaré un abogado de los buenos, de los que tienen tarjeta de visita con su nombre, si no quiero sentirme como un pollo al ast por toda la eternidad . Bien, pues en este segundo libro Saramago va más allá y se cuestiona la veracidad de las mentiras de la Biblia con bastante ironía. Está considerado como la segunda parte del anterior, aunque sea anterior cronológicamente desde un punto de vista religioso, ya que narra las fábulas de la Biblia a través de Caín. Es por ello que también recomiendo a todos los pecadores que pasen por este blog su lectura.
Para que os hagáis una idea de lo diabólico que puede llegar a ser Saramago os dejo con un artículo que escribió este escritor luso, que no iluso, poco después de los atentados del 11-S de Nueva York. Por si os quedaba alguna duda de que Saramago sea merecedor de dicho divino galardón, este artículo la despejará, sin duda. Después de leerlo estaréis todos de acuerdo que una persona que escribe algo así debe de estar poseída por el diablo y será condenado al Infierno.

El 'factor Dios'
JOSÉ SARAMAGO 18/09/2001

En algún lugar de la India. Una fila de piezas de artillería en posición. Atado a la boca de cada una de ellas hay un hombre. En primer plano de la fotografía, un oficial británico levanta la espada y va a dar orden de disparar. No disponemos de imágenes del efecto de los disparos, pero hasta la más obtusa de las imaginaciones podrá 'ver' cabezas y troncos dispersos por el campo de tiro, restos sanguinolentos, vísceras, miembros amputados. Los hombres eran rebeldes. En algún lugar de Angola. Dos soldados portugueses levantan por los brazos a un negro que quizá no esté muerto, otro soldado empuña un machete y se prepara para separar la cabeza del cuerpo. Esta es la primera fotografía. En la segunda, esta vez hay una segunda fotografía, la cabeza ya ha sido cortada, está clavada en un palo, y los soldados se ríen. El negro era un guerrillero. En algún lugar de Israel. Mientras algunos soldados israelíes inmovilizan a un palestino, otro militar le parte a martillazos los huesos de la mano derecha. El palestino había tirado piedras. Estados Unidos de América del Norte, ciudad de Nueva York. Dos aviones comerciales norteamericanos, secuestrados por terroristas relacionados con el integrismo islámico, se lanzan contra las torres del World Trade Center y las derriban. Por el mismo procedimiento un tercer avión causa daños enormes en el edificio del Pentágono, sede del poder bélico de Estados Unidos.
Los muertos, enterrados entre los escombros, reducidos a migajas, volatilizados, se cuentan por millares. Las fotografías de India, de Angola y de Israel nos lanzan el horror a la cara, las víctimas se nos muestran en el mismo momento de la tortura, de la agónica expectativa, de la muerte abyecta. En Nueva York, todo pareció irreal al principio, un episodio repetido y sin novedad de una catástrofe cinematográfica más, realmente arrebatadora por el grado de ilusión conseguido por el técnico de efectos especiales, pero limpio de estertores, de chorros de sangre, de carnes aplastadas, de huesos triturados, de mierda.
El horror, escondido como un animal inmundo, esperó a que saliésemos de la estupefacción para saltarnos a la garganta. El horror dijo por primera vez 'aquí estoy' cuando aquellas personas se lanzaron al vacío como si acabasen de escoger una muerte que fuese suya. Ahora, el horror aparecerá a cada instante al remover una piedra, un trozo de pared, una chapa de aluminio retorcida, y será una cabeza irreconocible, un brazo, una pierna, un abdomen deshecho, un tórax aplastado. Pero hasta esto mismo es repetitivo y monótono, en cierto modo ya conocido por las imágenes que nos llegaron de aquella Ruanda- de-un-millón-de-muertos, de aquel Vietnam cocido a napalm, de aquellas ejecuciones en estadios llenos de gente, de aquellos linchamientos y apaleamientos, de aquellos soldados iraquíes sepultados vivos bajo toneladas de arena, de aquellas bombas atómicas que arrasaron y calcinaron Hiroshima y Nagasaki, de aquellos crematorios nazis vomitando cenizas, de aquellos camiones para retirar cadáveres como si se tratase de basura.
Siempre tendremos que morir de algo, pero ya se ha perdido la cuenta de los seres humanos muertos de las peores maneras que los humanos han sido capaces de inventar. Una de ellas, la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón, es aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones, manda matar en nombre de Dios. Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción, nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el contrario, han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana. Al menos en señal de respeto por la vida, deberíamos tener el valor de proclamar en todas las circunstancias esta verdad evidente y demostrable, pero la mayoría de los creyentes de cualquier religión no sólo fingen ignorarlo, sino que se yerguen iracundos e intolerantes contra aquellos para quienes Dios no es más que un nombre, nada más que un nombre, el nombre que, por miedo a morir, le pusimos un día y que vendría a dificultar nuestro paso a una humanización real. A cambio nos prometía paraísos y nos amenazaba con infiernos, tan falsos los unos como los otros, insultos descarados a una inteligencia y a un sentido común que tanto trabajo nos costó conseguir. Dice Nietzsche que todo estaría permitido si Dios no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y en nombre de Dios es por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente lo peor, principalmente lo más horrendo y cruel.
Durante siglos, la Inquisición fue, también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a interpretar perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de quien en ellos decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y el Estado contra la libertad de conciencia y contra el más humano de los derechos: el derecho a decir no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger otra cosa, que sólo eso es lo que la palabra herejía significa.
Y, con todo, Dios es inocente. Inocente como algo que no existe, que no ha existido ni existirá nunca, inocente de haber creado un universo entero para colocar en él seres capaces de cometer los mayores crímenes para luego justificarlos diciendo que son celebraciones de su poder y de su gloria, mientras los muertos se van acumulando, estos de las torres gemelas de Nueva York, y todos los demás que, en nombre de un Dios convertido en asesino por la voluntad y por la acción de los hombres, han cubierto e insisten en cubrir de terror y sangre las páginas de la Historia. Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero el `factor Dios´, ese, está presente en la vida como si efectivamente fuese dueño y señor de ella. No es un dios, sino el `factor Dios´ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden para América (la de Estados Unidos, no la otra...) la bendición divina. Y fue en el `factor Dios´ en lo que se transformó el dios islámico que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones de la revuelta contra los desprecios y de la venganza contra las humillaciones. Se dirá que un dios se dedicó a sembrar vientos y que otro dios responde ahora con tempestades. Es posible, y quizá sea cierto. Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el `factor Dios´, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera que estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no respeta sino aquello en lo que manda creer, el que después de presumir de haber hecho de la bestia un hombre acabó por hacer del hombre una bestia.
Al lector creyente (de cualquier creencia...) que haya conseguido soportar la repugnancia que probablemente le inspiren estas palabras, no le pido que se pase al ateísmo de quien las ha escrito. Simplemente le ruego que comprenda, con el sentimiento, si no puede ser con la razón, que, si hay Dios, hay un solo Dios, y que, en su relación con él, lo que menos importa es el nombre que le han enseñado a darle. Y que desconfíe del `factor Dios´. No le faltan enemigos al espíritu humano, mas ese es uno de los más pertinaces y corrosivos. Como ha quedado demostrado y desgraciadamente seguirá demostrándose.

Evidentemente no conocí personalmente a José Saramago pero estoy seguro de que desde allá donde esté habrá celebrado este galardón otorgado por la Santa Sede mucho más que el Nobel de Literatura. La Iglesia le ha otorgado esta distinción como se tiene que hacer, a título póstumo, por la espalda y con el cadáver aún caliente, como dictan los cánones de la caridad cristiana, para que el galardonado no tenga opción de réplica, que para eso tiempo habrá en otras vidas mejores.
Siguiendo con las referencias musicales de Bunbury cierro esta entrada con una canción poco conocida de Héroes del Silencio titulada “Babel”, que hace referencia a uno de los lugares que visita el Caín de Saramago y que, casualidades de la vida, también fue publicada como parte de un recopilatorio póstumo de este grupo musical en un disco de Rarezas y que nos sirve ahora de banda sonora para este homenaje.