Aunque recordaba su nom
bre y su imagen, no sabía lo que había representado para nuestra democracia y, por lo que estoy leyendo estos días, apenas conocía nada de su vida y de las actividades político-sindicales que llevó a cabo. Parece ser que ha muerto uno de esos sindicalistas que están en peligro de extinción en nuestro país.
bre y su imagen, no sabía lo que había representado para nuestra democracia y, por lo que estoy leyendo estos días, apenas conocía nada de su vida y de las actividades político-sindicales que llevó a cabo. Parece ser que ha muerto uno de esos sindicalistas que están en peligro de extinción en nuestro país.Sin duda la imagen del día de ayer fue chochante para mí, el Príncipe de Asturias se santiguaba ante el cuerpo de un comunista, ateo y sindicalista. Es decir, un señor que representa el futuro de una institución que no ha dado palo al agua en toda su vida, don Felipe de Borbón, mostrando sus respetos ante una persona que luchó por los derechos de los trabajadores.
En una época en las que la Huelgas Generales parece que se convocan sin saber exactamente contra quién ni contra qué, generan nostalgia las imágenes de otras épocas en las que los sindicatos eran los defensores de los derechos de los trabajadores y éstos se sentían, a su vez, representados por los sindicalistas. Mucho ha llovido desde entonces y ahora es difícil ver la diferencia entre un líder sindical y un político, ya que ambos parece que defienden simplemente sus propios intereses o los de su propio partido o sindicato.
Citaré, casi por obligación, la frase más famosa de Marcelino Camacho: "Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar".
Esa frase sigue presente para las personas que no siguen la doctrina del pensamiento único ni forman parte del rebaño católico que prepara ya la visita del pastor en apenas unos días.
Como cantarían en un campo de fútbol cuando se acerca el peligro a la portería y se intuye un gol: "uh, uh, que viene, que viene". Espero que la Iglesia Católica no nos meta otro gol por toda la escuadra a los españoles, como ya hiciera días antes de aprobarse la Constitución, y nos devuelvan el dinero de la entrada. Parece ser que el caché de Ratzinger supera al de los Rolling Stones, aunque yo, sin dudarlo, me quedo con sus Satánicas Majestades.
Para terminar, siguiendo con Lennon, cierro esta breve entrada con el "Working Class Hero" dedidcado a Marcelino Camacho.
En una época en las que la Huelgas Generales parece que se convocan sin saber exactamente contra quién ni contra qué, generan nostalgia las imágenes de otras épocas en las que los sindicatos eran los defensores de los derechos de los trabajadores y éstos se sentían, a su vez, representados por los sindicalistas. Mucho ha llovido desde entonces y ahora es difícil ver la diferencia entre un líder sindical y un político, ya que ambos parece que defienden simplemente sus propios intereses o los de su propio partido o sindicato.
Citaré, casi por obligación, la frase más famosa de Marcelino Camacho: "Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar".
Esa frase sigue presente para las personas que no siguen la doctrina del pensamiento único ni forman parte del rebaño católico que prepara ya la visita del pastor en apenas unos días.
Como cantarían en un campo de fútbol cuando se acerca el peligro a la portería y se intuye un gol: "uh, uh, que viene, que viene". Espero que la Iglesia Católica no nos meta otro gol por toda la escuadra a los españoles, como ya hiciera días antes de aprobarse la Constitución, y nos devuelvan el dinero de la entrada. Parece ser que el caché de Ratzinger supera al de los Rolling Stones, aunque yo, sin dudarlo, me quedo con sus Satánicas Majestades.
Para terminar, siguiendo con Lennon, cierro esta breve entrada con el "Working Class Hero" dedidcado a Marcelino Camacho.
Tienes un muy buen blog; me gusta tu entrada. Un saludo!
ResponderEliminarGracias por leer el blog M
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